Escucha Activa y trabajo en equipo: Lo que las hormigas nos enseñan
- Dra. Beatriz Q. Vallejo
- Mar 25
- 2 min read
Las lecciones más importantes pueden venir de los seres más pequeños e inesperados como las hormigas. Estas pequeñas maestras pueden brindarnos grandes lecciones de comunicación y colaboración en el ámbito de la salud. Escucha el episodio completo aquí:
La comunicación en las hormigas: lecciones para la práctica de la salud
Las hormigas, con sus sofisticados sistemas de comunicación y su capacidad de adaptación, nos muestran la importancia de la escucha activa y la cooperación. En el ámbito de la salud, estos valores son esenciales para brindar una atención integral y segura a los pacientes.
Feromonas y señales no verbales
Las hormigas se comunican mediante feromonas, dejando rastros químicos que indican la ubicación de alimento o alertas de peligro. Además, usan vibraciones y contacto físico para coordinar acciones con precisión. Esto nos recuerda que, en salud, los mensajes no verbales (expresiones faciales, tono de voz, lenguaje corporal) son fundamentales para entender al paciente y colaborar con colegas.
Coordinación y roles bien definidos
Cada hormiga desempeña un rol específico dentro de la colonia, ajustándose a las necesidades del grupo. En un entorno médico, conocer y respetar el rol de cada profesional —médicos, enfermeras, terapeutas, personal administrativo— garantiza una atención mucho más efectiva y centrada en el paciente.

Escucha activa: clave para una atención más humana
Cómo mejorar tu nivel de escucha activa
Practicar la escucha activa implica prestar total atención a las palabras, emociones y contexto de la persona que habla. Para lograrlo, evita interrupciones, valida lo que el otro expresa y haz preguntas relevantes que demuestren interés.
Beneficios en el diagnóstico y tratamiento
Al igual que las hormigas “se detienen” para identificar las señales químicas de sus compañeras, los profesionales de la salud deben detenerse a escuchar de manera profunda. Esto facilita la comprensión real de las necesidades del paciente, el fortalecimiento de la relación médico-paciente y el diseño de planes de tratamiento más acertados.
Trabajo en equipo en entornos de salud
Interdependencia y adaptabilidad
Las hormigas modifican su comportamiento según las circunstancias para asegurar la supervivencia de la colonia. En salud, la capacidad de adaptación resulta esencial para enfrentar los cambios —desde avances tecnológicos hasta emergencias— y ofrecer siempre la mejor atención posible.
Comunicación clara y coordinación profesional
La comunicación transparente entre los diferentes profesionales de la salud mejora la calidad asistencial. Compartir información de manera oportuna, utilizar lenguajes y protocolos comunes y escuchar las sugerencias del equipo permiten un cuidado más integral y seguro.
Pequeños gigantes con grandes enseñanzas
Las hormigas son un gran ejemplo de cómo la comunicación efectiva, la colaboración y la escucha activa pueden marcar la diferencia. Su organización y eficiencia nos inspiran a trabajar unidos, poner atención a los detalles no verbales y entender que cada profesional cumple un rol único para el bienestar de los pacientes.
¿Listo para aplicar el “código de comunicación de las hormigas” en tu práctica diaria? ¡Cuéntanos tu experiencia y sigue aprendiendo a Comunicar Salud!
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