Descubre el poder transformador de la escritura en tu práctica diaria
En el campo de la salud es una costumbre el manejo del historial clínico, el establecer tratamientos y llevar registros precisos de los pacientes. Sin embargo, muchas veces se pasa por alto una herramienta fundamental que transforma la práctica profesional y el bienestar personal: la escritura.
Más allá de ser una obligación administrativa, la escritura tiene un poder transformador cuando se utiliza como un acto consciente de autocuidado para los profesionales de la salud. Tomarse unos minutos para reflexionar y plasmar en papel las experiencias diarias, desafíos o emociones, alivia el estrés y ayuda a identificar patrones de comportamiento o decisiones que afectan el desempeño y bienestar.
Beneficios de la escritura para el autocuidado de profesionales de la salud
El acto de escribir permite pausar, reflexionar y conectar con las emociones. Para los profesionales de la salud, que a menudo lidian con diversas situaciones, tomar un respiro y escribir sobre las vivencias ayuda a reducir la fatiga mental. Además, escribir sobre momentos complejos o de incertidumbre trae claridad y nuevas perspectivas, impulsando a encontrar soluciones más efectivas.
Escribir sobre experiencias emocionales o situaciones complicadas disminuye la carga de estrés. En las profesiones de la salud y sus aliadas, en ocasiones, las emociones del profesional ocupan un segundo plano porque el enfoque está en el bienestar de los demás. Pero, al escribir, se abre el espacio para procesar las emociones y cuidar la salud mental, asunto vital para prevenir el agotamiento profesional.
Evolucionar como profesionales a través de la escritura
Además del autocuidado, la escritura es una herramienta poderosa para evolucionar en la práctica diaria. Reflexionar sobre casos complejos, escribir sobre el aprendizaje de las interacciones con los pacientes o documentar nuevas ideas y reacciones permite desarrollar una práctica consciente y efectiva. Este ejercicio de introspección profesional mejora el juicio clínico y ayuda a adaptarse a las necesidades cambiantes del sistema de salud.
La escritura, en este sentido, se convierte en un puente entre la experiencia y la evolución. Permite construir una práctica reflexiva para mejorar. Al llevar un registro escrito de las experiencias y aprendizajes se crea una base de conocimiento que enriquece a todos.
Un hábito transformador
Para aplicar la escritura en el autocuidado de los profesionales de la salud, no se requieren grandes esfuerzos. Un diario o algunas notas al final de cada jornada hacen una gran diferencia. Lo importante es ser constantes y abiertos a la reflexión….sin juicios. No se puede juzgar lo escrito. La escritura es ese espacio seguro para recargar energías, adquirir auto conocimiento y encontrar formas de evolucionar en lo personal y profesional.
En un entorno donde el trabajo es intenso y el tiempo parece escaso, dedicar unos momentos para escribir transforma el autocuidado y el cuidado al paciente y la atención a los familiares. Al adoptar esta práctica se crece como profesionales de la salud y como seres humanos más conscientes y resilientes.
Para la próxima, te cuento ¡cómo funciona la escritura en el cerebro y cuál es su beneficio!
Te espero.
Búscame en las redes sociales: Dra. Beatriz Q. Vallejo. Me encantaría dialogar contigo sobre tus experiencias. ¡Comunica Salud!
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