La comunicación es el eje central en cualquier entorno de trabajo, pero cobra una relevancia especial en el área de la salud. Las decisiones clínicas, la colaboración multidisciplinaria y la atención directa al paciente exigen que cada profesional sea capaz de expresarse con claridad y empatía. En este artículo, profundizaremos en la importancia de la comunicación asertiva en salud y cómo esta práctica puede transformar equipos caóticos en conjuntos altamente eficientes y comprometidos con el bienestar del paciente.
También puedes escuchar el episodio Comunicación Asertiva en Salud: Clave para Equipos Eficientes y Pacientes Satisfechos donde te cuento en detalle cómo mejorar tus desgtrezas de comunicación.
¿Por qué es tan importante la comunicación asertiva en salud?
Previene errores y confusiones: En el ámbito sanitario, una instrucción malinterpretada puede tener consecuencias serias. La comunicación asertiva promueve la claridad y la precisión, minimizando la posibilidad de errores clínicos o administrativos.
Mejora el clima laboral: Un ambiente de trabajo positivo, basado en el respeto mutuo, ayuda a que los profesionales se sientan valorados y motivados. Esto se traduce en un menor índice de rotación de personal y un mayor compromiso con los objetivos de la organización.
Fomenta la colaboración multidisciplinaria: En salud, el trabajo en equipo es esencial. Cuando médicos, enfermeras, técnicos y administrativos se comunican de manera abierta y constructiva, se facilita la toma de decisiones y el intercambio de información esencial para el bienestar del paciente.
Aumenta la satisfacción del paciente: Un equipo que sabe comunicarse interna y externamente transmite seguridad y empatía. Esto no solo ayuda a construir confianza, sino que también mejora la experiencia global de quienes reciben los servicios de salud.
Liderazgo en la comunicación: El rol del líder y los directivos
Aunque todos los miembros de un equipo de salud son responsables de la comunicación, el líder (o los directivos) establece el clima emocional y marca la pauta. Algunas estrategias para lograrlo:
Claridad ante todo: Evita suposiciones y comunica de forma directa. Si hay un cambio administrativo, utiliza un canal oficial donde todos puedan acceder a la información simultáneamente. Así evitarás malentendidos o rumores que perjudiquen la dinámica de equipo.
Retroalimentación constructiva: En lugar de señalar solamente los errores con frases como “esto está mal hecho”, ofrece soluciones o alternativas. Por ejemplo: “Podríamos mejorar este proceso si lo enfocamos de esta otra manera”. Esto motiva a la mejora continua y mantiene la moral del equipo.
Escucha activa (también no verbal): Presta atención no solo a las palabras, sino también al lenguaje corporal. Mantén contacto visual, evita cruzar los brazos y muestra disposición abierta. A veces, el silencio bien gestionado permite entender mejor la perspectiva del otro.
Cuidar el tono de voz: El tono influye enormemente en la manera en que se recibe un mensaje. Incluso cuando hay desacuerdos, un tono amable y sosegado puede lograr mejores resultados que uno agresivo. Un ejemplo destacado es el de aquella persona que, a pesar de estar molesta, logró calmarse y comunicar su disgusto con serenidad, obteniendo una respuesta positiva de la otra parte.
Comunicación que construye: Pregúntate antes de hablar: “¿Esta información aporta algo al equipo?”, “¿Estoy sumando o solo generando ruido?”. Recuerda que lo que dices refleja más sobre ti que sobre la persona a quien se lo dices.

Comunicación asertiva entre colegas
Más allá del liderazgo, la efectividad de un equipo depende de la forma en que sus integrantes se relacionen a diario. Algunas claves para una mejor interacción:
Respeto mutuo: La presión de un entorno sanitario puede ser alta, pero el respeto nunca debe perderse. Mantener un trato cordial y profesional favorece la cooperación.
Lenguaje positivo: No se trata de caer en un “positivismo tóxico”, sino de evitar frases que bloqueen la iniciativa. En lugar de “esto no va a funcionar”, se puede decir “vamos a probar esta alternativa y evaluar resultados”.
Verificar la comprensión: Un simple: “¿Quedó clara mi explicación?” o “¿Estamos en la misma página?” puede evitar confusiones a futuro. Evita la pregunta “¿me entendiste?”, que puede sonar confrontativa. Si el trabajo es remoto o distribuido, esta comprobación se hace aún más necesaria, ya que se pierde gran parte de la comunicación no verbal.
Definir canales de comunicación: En el entorno digital, especificar si usarán email, mensajería instantánea o reuniones virtuales para informes o actualizaciones agiliza la colaboración y reduce la duplicación de información o la pérdida de datos.
Beneficios de la Comunicación Asertiva para la Atención al Paciente
Coordinación más sólida: Equipos que se comunican efectivamente pueden organizar mejor su flujo de trabajo y asegurar que cada paciente reciba la atención que requiere.
Menos errores clínicos: Una buena transmisión de información es vital para evitar omisiones o duplicaciones en procedimientos y tratamientos.
Mejor experiencia del paciente: Cuando el personal está en sintonía, los pacientes perciben un ambiente agradable, seguro y confiable. Esto aumenta la satisfacción general y refuerza la reputación de la institución.
Atención empática: Una comunicación fluida permite al equipo dedicar más tiempo y energía a la calidad humana del servicio, generando vínculos más cercanos con los pacientes.
Cómo empezar a mejorar tu comunicación asertiva
Autoevaluación
Reflexiona sobre tus propios hábitos comunicativos: ¿tiendes a interrumpir?, ¿tu tono suele ser brusco cuando estás bajo estrés? Detectar los puntos débiles es el primer paso para mejorar.
Entrenamiento y práctica
La asertividad no es un don innato; es una habilidad que se puede adquirir. Existen cursos y talleres específicos que te ayudarán a desarrollar técnicas de escucha activa, retroalimentación constructiva y uso correcto del lenguaje corporal.
Observa modelos positivos
Identifica a aquellas personas que se comunican con efectividad y aprende de su forma de expresarse. Observa cómo manejan el tono de voz, la postura y la elección de palabras.
Pide retroalimentación
Solicita a colegas o superiores que te indiquen áreas de mejora. Un ambiente de confianza y respeto facilita que puedas recibir críticas constructivas sin sentirte atacado.
Comparte el conocimiento
Si implementas alguna técnica o dinámica de comunicación y notas mejoras, compártelo con tu equipo. Así, todos se beneficiarán de nuevas estrategias y se creará una cultura de aprendizaje continuo.
La comunicación asertiva en el sector salud no es simplemente “un plus” o un bonito ideal; es una necesidad ineludible. Un equipo que se comunica de manera clara y empática logra mejores resultados, reduce la tasa de errores y crea un ambiente de trabajo más armónico, beneficiando tanto a los profesionales como a los pacientes.
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